Isaías 65,17-21
17 Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán
mentados los primeros ni vendrán a la memoria;
18 antes habrá gozo y regocijo por siempre jamás por lo que voy a
crear. Pues he aquí que yo voy a crear a Jerusalén «Regocijo», y a su
pueblo «Alegría»;
19 me regocijaré por Jerusalén y me alegraré por mi pueblo, sin que se
oiga allí jamás lloro ni quejido.
20 No habrá allí jamás niño que viva pocos días, o viejo que no llene
sus días, pues morir joven será morir a los cien años, y el que no alcance
los cien años será porque está maldito.
21 Edificarán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán su
fruto.
Cielos nuevos... tierras nuevas...
Nos dice el Señor por medio del profeta que Él, crea cielos nuevos y tierras nuevas para todo aquel que acepte seguir sus pasos, para todo el que abandone su vida de pecado, esa vida que poco a poco te va desgarrando espiritualmente y te va secando por dentro, aunque no lo percibas, es así, porque eso es el pecado, y hoy el Señor te dice, que tu vida será un terreno nuevo, donde se sembrarán semillas de paz, de amor, de mansedumbre, de gracias que Él otorga en su tiempo, como esta gracia que el ha puesto en mí de poder asimilar su mensaje y de escribir para Él. Pero también encontramos otro mensaje importante en esta lectura y es que a pesar de tu situación, ya sea laboral, en los estudios, familia, amigo, de novio/o, si te inclinas al Señor, si depositas su confianza en Él, verás nuevos horizontes y nuevas tierras donde reinara el amor verdadero que es el del Señor, por medio de su hijo Jesús...
Salmo responsorial: 29
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado / y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. / Señor, sacaste mi vida del abismo, / me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.
Tañed para el Señor, fieles suyos, / dad gracias a su nombre santo; / su cólera dura un instante; / su bondad, de por vida; / al atardecer nos visita el llanto; / por la mañana, el júbilo. R.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; / Señor, socórreme. / Cambiaste mi luto en danzas. / Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R.
Juan 4,43-54
43 Pasados los dos días, partió de allí para Galilea.
44 Pues Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de estima
en su patria.
45 Cuando llegó, pues, a Galilea, los galileos le hicieron un buen
recibimiento, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén
durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
46 Volvió, pues, a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en
vino. Había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm.
47 Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue
donde él y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque se iba a morir.
48 Entonces Jesús le dijo: «Si no veis señales y prodigios, no creéis.»
49 Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.»
50 Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la
palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino.
51 Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus siervos, y le dijeron
que su hijo vivía.
52 El les preguntó entonces la hora en que se había sentido mejor.
Ellos le dijeron: «Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre.»
53 El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho
Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia.
54 Esta nueva señal, la segunda, la realizó Jesús cuando volvió de
Judea a Galilea.
¿Por qué una señal?
En este mundo tan convulsionado muchas personas se tornan cada vez más incrédulas, y esperan un prodigio en su vida para volver su vida a Dios, en la época de Jesús en vida corporal, muchas personas esperaban un signo en su vida para poder creer que Jesús era el Mesías, el salvador, pero algo interesante, no solo la persona que recibió la gracia de ese milagro de Jesús creyó, sino sus familiares y personas cercanas... en nuestra vida estamos esperando una señal en la vida particular para poder cambiar el estilo de vida para uno que le agrade el a Dios, pero qué mas señal de la que encuentras a diario, de que respira, camina, tenemos el aire, el sol, la luna, las estrellas, pero no me voy tan lejos, tiene tu vida, no hay que buscar más señal que esa para creer que Jesús es el camino que te lleva a Dios y te da la vida en abundancia que todo ser humano desearía tener...
Oración.
Señor, padre de la verdad, permite que en este día mi vida sea un terreno nuevo, donde se siempre paz, alegría, amor, fe, esperanza, que pueda yo creer en ti, sin tener que buscar una señal tangible de tu obra, que vea tu gracia en mi propia vida y la de mis semejantes. Te lo pido en nombre de tu hijo Jesús. Amén.
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