Isaías 49, 1-6
1 ¡Oídme, islas, atended, pueblos lejanos! Yahveh desde el seno
materno me llamó; desde las entrañas de mi madre recordó mi nombre.
2 Hizo mi boca como espada afilada, en la sombra de su mano me
escondió; hízome como saeta aguda, en su carcaj me guardó.
3 Me dijo: «Tú eres mi siervo (Israel), en quien me gloriaré.»
4 Pues yo decía: «Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi
vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios de
mi trabajo?»
5 Ahora, pues, dice Yahveh, el que me plasmó desde el seno materno
para siervo suyo, para hacer que Jacob vuelva a él, y que Israel se le una.
Mas yo era glorificado a los ojos de Yahveh, mi Dios era mi fuerza.
6 «Poco es que seas mi siervo, en orden a levantar las tribus de Jacob,
y de hacer volver los preservados de Israel. Te voy a poner por luz de las
gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.»
Antes de nacer...
Aunque parezca inverosímil ante cualquier ojos humanos, este relato es mi relato, el tuyo, es cierto que cumplió un objeto histórico, pero también lo cumple ahora, con mi historia, la tuya, fuimos elegidos por el Señor antes de nacer, desde el seno materno, para servirle al Señor, creélo!!!, eres un siervo, servidor del Señor, mi caso, desde temprana servía a Diios, a medida de que fui siendo un ente productivo, me sumergí en la idolatría, seducido por los ídolos: Don dinero, los placeres de la carne, la vanidad... de verdad que no en mi escasa mente humana no tenía planes de volver al Señor, pero lectura como esta me confirma, de porque volví y con mas fuerza, es porque soy un elegido de Dios, al igual que tú, desde antes de nacer, señales me ofreció el Señor para que le hiciera caso y me entregara a Él, como lo está haciendo contigo por medio de este mensaje... es tu llamado es el mío de confirmación para seguirle es un honor, gracia que Él ha hecho conmigo y contigo de elegirnos antes de nacer aun sin merecerlo, no le de la espalda mas, síguelo y seguirlo es serle fiel, un dejar para un hacer...
Salmo responsorial 70
Mi boca contará tu auxilio
A ti, Señor, me acojo: / no quede yo derrotado para siempre; / tú que eres justo, / líbrame y ponme a salvo, / inclina a mí tu oído, y sálvame. R. Sé tú mi roca de refugio, / el alcázar donde me salve, / porque mi peña y mi alcázar eres tú./ Dios mío, líbrame de la mano perversa. R. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza /Y mi confianza, Señor, desde mi juventud. / En el vientre materno ya me apoyaba en ti, / en el seno, tú me sostenías. R. Mi boca contará tu auxilio, / y todo el día tu salvación. / Dios mío, me instruiste desde mi juventud, / y hasta hoy relato tus maravillas. R.
Juan 13, 21-33. 36-38
21 Cuando dijo estas palabras, Jesús se turbó en su interior y declaró:
«En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará.»
22 Los discípulos se miraban unos a otros, sin saber de quién hablaba.
23 Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba, estaba a la mesa al lado
de Jesús.
24 Simón Pedro le hace una seña y le dice: «Pregúntale de quién está
hablando.»
25 El, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dice: «Señor, ¿quién
es?»
26 Le responde Jesús: «Es aquel a quien dé el bocado que voy a
mojar.» Y, mojando el bocado, le toma y se lo da a Judas, hijo de Simón
Iscariote.
27 Y entonces, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dice: «Lo
que vas a hacer, hazlo pronto.»
28 Pero ninguno de los comensales entendió por qué se lo decía.
29 Como Judas tenía la bolsa, algunos pensaban que Jesús quería
decirle: «Compra lo que nos hace falta para la fiesta», o que diera algo a los
pobres.
30 En cuanto tomó Judas el bocado, salió. Era de noche.
31 Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del
hombre y Dios ha sido glorificado en él.
32 Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí
mismo y le glorificará pronto.»
33 «Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me
buscaréis, y, lo mismo que les dije a los judíos, que adonde yo voy,
vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros.
36 Simón Pedro le dice: «Señor, ¿a dónde vas?» Jesús le respondió:
«Adonde yo voy no puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde.»
37 Pedro le dice: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida
por ti.»
38 Le responde Jesús: «¿Que darás tu vida por mí? En verdad, en
verdad te digo: no cantará el gallo antes que tú me hayas negado tres
veces.»
¿Fallar yo?
De verdad la vida humana es como un laberinto, con entradas y salidas que cualquiera se pierde, falla, y a veces creemos que no, que tenemos que ser perfecto en todo y este afán de búsqueda de perfección está provocando un mal a la humanidad general y al individuo de forma particular, sí, aunque no lo veas así, cuando quiere ser perfecto en todo, trabajo, hogar, estudio, te está poniendo una camisa invisible de fuerza y te está presionando, enviando señales a tu organismo que te mantiene siempre es ascua, “acelerao”, tratando de evitar caer, con esto no estoy diciendo de que se sea irresponsable, no es eso, es que haga lo que te corresponde sin hacer daño a tu vida, porque puedes fallar en un momento dado aunque te diga a ti mismo y a tu superior que no, como el caso de Judas y Pedro, que aún siendo discípulos le fallaron al Señor, es todo el que está realizando algo está en el globo, se puede fallar, y de esto tienes que estar consciente, pedir a Dios fuerza para que no suceda, pero si sucede hay que estar preparado para el fracaso, para la caída, para fallar, y ahí está el problema que tanta búsqueda de perfección hace que se olvide de que somos humanos imperfectos y que se puede fallar...
Oración.
Padre quiero reconocer hoy mi condición humana y que puedo fallar, a ti, en mi trabajo, hogar, con los míos, con los tuyos, por eso necesito que me otorgue humildad para reconocer mis debilidades humanas, dame la sabiduría para asimilar la elección de que me me hiciste de ser elegido para tu causa desde el vientre de mi madre. Te lo pido en nombre de tu hijo Jesús.Amén.
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