Para hoy 18-02-11 la meditación ¿De qué nos sirve?

Gn 11, 1-9

1 Todo el mundo era de un mismo lenguaje e idénticas palabras.
2 Al desplazarse la humanidad desde oriente, hallaron una vega en el
país de Senaar y allí se establecieron.
3 Entonces se dijeron el uno al otro: «Ea, vamos a fabricar ladrillos y a
cocerlos al fuego.» Así el ladrillo les servía de piedra y el betún de
argamasa.
4 Después dijeron: «Ea, vamos a edificarnos una ciudad y una torre
con la cúspide en los cielos, y hagámonos famosos, por si nos
desperdigamos por toda la haz de la tierra.»
5 Bajó Yahveh a ver la ciudad y la torre que habían edificado los
humanos,
6 y dijo Yahveh: «He aquí que todos son un solo pueblo con un
mismo lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se
propongan les será imposible.
7 Ea, pues, bajemos, y una vez allí confundamos su lenguaje, de modo
que no entienda cada cual el de su prójimo.»
8 Y desde aquel punto los desperdigó Yahveh por toda la haz de la
tierra, y dejaron de edificar la ciudad.
9 Por eso se la llamó Babel; porque allí embrolló Yahveh el lenguaje
de todo el mundo, y desde allí los desperdigó Yahveh por toda la haz de la
tierra.

Vanidad... amarga vanidad...

La vanidad, el egocentrismo son pecados que aparecen inofensivos pero tienen una repercusión tan grande que va alejando a la persona que asume esta actitud de sí mismo, sí del individuo de forma indivisible, porque va a llegar un momento de que serás tan creído que no encontrarás tranquilidad en ningún momento... por ende te alejará de los demás y claro está de Dios... al Señor le agrada a la persona humilde... de corazón manso... Vemos en este relato como entra el pecado de la vanidad al mundo... el simbolismo de crear varios idiomas es lo que da el sentido al mensaje detrás de la historia... la vanidad nos aparta de los demás... hace que se dificulte la comunicación... la vanidad de creernos famosos... poderosos... nos alejó... nos separa... distancia... mira tu interior ¿eres vanidoso? ¿egocéntrico? La vanidad deja un sabor amargo en tu derredor... de soledad... nunca es tarde para pagar... cada acción tiene consecuencias... pero eso sí... puedes ser diferente...


Salmo
Sal 33, 10-11; 12-13; 14-15


Malogra los proyectos de los pueblos y deshace los planes de las naciones. Pero el proyecto del Señor subsiste siempre, sus planes prosiguen a lo largo de los siglos. 


Es feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él escoge como herencia. Mira el Señor de lo alto de los cielos, y contempla a los hijos de los hombres. 


Del lugar en que vive está observando a todos los que habitan en la tierra; él, que solo formó sus corazones, él, que escudriña todas sus acciones. 

Mc 8, 34-9,1

34 Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame.
35 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su
vida por mí y por el Evangelio, la salvará.
36 Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su
vida?
37 Pues ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?
38 Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta
generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará
de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.»
Marcos 9
1 Les decía también: «Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay
algunos que no gustarán la muerte hasta que vean venir con poder el Reino
de Dios.»

¿De qué nos sirve?

En esta era de competencia... de apariencia... nos afanamos tanto para un tener y hacerlo de forma no para satisfacer nuestra necesidades... el tener porque se necesita no es malo, al contrario es necesario... el problema es tener para... vanaglorias, competir con los demás... o como dicen en el argot popular “echarle vaina al otro” vemos como hay personas que se llenan pertenencias de lujos, televisores, radios... en fin... de todo lo que llene el ego... pero tienen us neveras vacías... pasando hambre... o peor no cumplen con sus compromisos como padres, hijos, esposos/as... no adentramos en llenarnos de cosas, acapararlas... y nada de esto nos sirve para alcanzar la gracia del Señor... su paz... su misericordia, su redención... nada de esto tiene sentido sino somos parte de ese plan maravilloso que Dios tiene para cada uno de nosotros... por eso ¿de qué te sirve? Te lo digo por mí yo una vez caí en esa garra de la apariencia, vanidad y muchas gentes me buscaban, cuando caí en mala... no encontré apoyo en ellos... al contrario “me sacaron los pie”, te digo de nuevo ¿de qué sirve? Sino se alcanza paz verdadera con esto... redención... la salvación...