Lecturas para el sábado 26 de febrero del 2011

Eclo 17, 1-13

1 De la tierra creó el Señor al hombre, y de nuevo le hizo volver a
ella.
2 Días contados le dio y tiempo fijo, y dioles también poder sobre las
cosas de la tierra.
3 De una fuerza como la suya los revistió, a su imagen los hizo.
4 Sobre toda carne impuso su temor para que dominara a fieras y
volátiles.
6 Les formó lengua, ojos, oídos, y un corazón para pensar.
7 De saber e inteligencia los llenó, les enseñó el bien y el mal.
8 Puso su ojo en sus corazones, para mostrarles la grandeza de sus
obras.
10 Por eso su santo nombre alabarán, contando la grandeza de sus
obras.
11 Aun les añadió el saber, la ley de vida dioles en herencia.
12 Alianza eterna estableció con ellos, y sus juicios les enseñó.
13 Los ojos de ellos vieron la grandeza de su gloria, la gloria de su
voz oyeron sus oídos.

De la tierra...

Se hace necesario como ser humano recordar que lo que somos es por que Dios nos creó, vemos en esta lectura que de la tierra salimos y a ella volveremos, a veces se nos olvida esto y nos llenamos de ego, fanfarronería y demás acciones que nos hacen arrogantes, el Señor nos recuerda de que si somos algo es porque Él lo permitió, del polvo salimos y al final de la cuenta ahí regresaremos.... También nos recuerda que nuestra estadía en la tierra es temporal por lo tanto hay que aprovecharla a plenitud, haciendo el bien y tratar de no dañar esa responsabilidad que se nos otorgó para cuidar que eres tú... cada quien tiene que velar por lo que es, su ser, su cuerpo... si lo maltratas el tiempo estipulado por el Señor para tu permanencia en este mundo ten por seguro que se acortará... Otro aspecto a revisar es que nos otorgó la ley de vida, el ciclo evolutivo, somos parte de ellos y por lo tanto hay que aprender a asimilarlo, pero todo esto es teniendo en cuenta que este regalo dado es para que le de gracias al Señor, lo alabes, y hagas siempre un aparte para encontrarte con Él... y esto nos lleva a entender que a pesar de haber salido de la tierra la misericordia del Señor es tan grande que nos creó a su imagen, obsequiándonos su sabiduría, la gracia de pensar, actuar, elegir, hacer... y a pesar de todo esto... muchos nos quejamos..

Salmo responsorial: 102
La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos.
Como un padre siente ternura por sus hijos, / siente el Señor ternura por sus fieles; / porque él conoce nuestra masa, / se acuerda de que somos de barro. R.
Los días del hombre duran lo que la hierba, / florecen como flor del campo, / que el viento la roza, y ya no existe, / su terreno no volverá a verla. R.
Pero la misericordia del Señor dura siempre, / su justicia pasa de hijos a nietos: / para los que guardan la alianza. R.

Mc 10, 13-16

13 Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos
les reñían.
14 Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños
vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el
Reino de Dios.
15 Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no
entrará en él.»
16 Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre
ellos.

Como los niños...


Jesús nos está diciendo que si queremos entrar a su reino, el reino de los cielos hay que ser como los niños para poder hacerlo... la interrogante sería ¿cómo son los niños? Los infantes son seres inquietos siempre dispuestos a aprender, sencillos, sanos, sin maldad, con una capacidad de perdonar, entrega, amar... sin arrogancia, jactancia, humildes, optimistas, llenos de esperanza, y eso es lo que tenemos que hacer, comenzar a cambiar nuestros paradigmas, modelos de vida y pensar-actuar como ellos, ¿complicado? Si es complicado volverse a esa actitud, pero no imposible, porque con la fe podemos y claro está con la disposición que se le imprima, con la voluntad que tengas de ser salvo, de alcanzar el reino de los cielos...