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lunes, 21 de febrero de 2011

Lecturas bíblicas meditadas para el día 21 de febrero

Eclo 1, 1-10

1 Toda sabiduría viene del Señor, y con él está por siempre.
2 La arena de los mares, las gotas de la lluvia, los días de la eternidad,
¿quién los puede contar?
3 La altura del cielo, la anchura de la tierra, la profundidad del
abismo, ¿quién los alcanzará?
4 Antes de todo estaba creada la Sabiduría, la inteligente prudencia
desde la eternidad.
6 La raíz de la sabiduría ¿a quién fue revelada?, sus recursos, ¿quién
los conoció?
8 Sólo uno hay sabio, en extremo temible, el que en su trono está
sentado.
9 El Señor mismo la creó, la vio y la contó y la derramó sobre todas
sus obras,
10 en toda carne conforme a su largueza, y se la dispensó a los que le
aman.

Me lo estoy comiendo...

Es posible que en innumerables ocasiones por no decir siempre te has creido que lo conoce todo, que lo sabe todo o como dice el refrán popular “ me lo estoy comiendo” aludiendo a que eres el que mas sabe... el Señor te dije que te baje de esos ideales, si sabes tanto ¿cuántas arenastiene el mar? ¿cuántas estrellas tiene el cielo? Dios que la creó lo sabe... porque toda sabiduría que podamos tener es porque Él en su infinita misericordia no lo ha otorgado sin nosotros merecerla... El es el sabio verdadero... la sabiduría que podamos tener en algo es porque el ha permitido que la obtengamos... nos la obsequió... por eso no podemos ufanarnos de nuestros conocimientos... se humilde... admite que el único grande es Dios... y dale gracias por los conocimientos que posee... y no digas mas que “me lo estoy comiendo”.

Salmo responsorial: 92
El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de majestad, / el Señor vestido y ceñido de poder. R.
Así está firme el orbe y no vacila. / Tu trono está firme desde siempre, / y tú eres eterno. R.
Tus mandatos son fieles y seguros; / la santidad es el adorno de tu casa, / Señor, por días sin término. R.

Mc 9, 14-29

14 Al llegar donde los discípulos, vio a mucha gente que les rodeaba y
a unos escribas que discutían con ellos.
15 Toda la gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle.
16 El les preguntó: «¿De qué discutís con ellos?»
17 Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo
que tiene un espíritu mudo
18 y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar
espurnarajos, rechinar de dientes y le deja rígido. He dicho a tus discípulos
que lo expulsaran, pero no han podido.»
19 El les responde: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré
con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!»
20 Y se lo trajeron. Apenas el espíritu vio a Jesús, agitó violentamente
al muchacho y, cayendo en tierra, se revolcaba echando espumarajos.
21 Entonces él preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo hace que le
viene sucediendo esto?» Le dijo: «Desde niño.
22 Y muchas veces le ha arrojado al fuego y al agua para acabar con
él; pero, si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros.»
23 Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para
quien cree!»
24 Al instante, gritó el padre del muchacho: «¡Creo, ayuda a mi poca
fe!»
25 Viendo Jesús que se agolpaba la gente, increpó al espíritu
inmundo, diciéndole: «Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y
no entres más en él.»
26 Y el espíritu salió dando gritos y agitándole con violencia. El
muchacho quedó como muerto, hasta el punto de que muchos decían que
había muerto.
27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le levantó y él se puso en pie.
28 Cuando Jesús entró en casa, le preguntaban en privado sus
discípulos: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?»
29 Les dijo: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la
oración.»

“Si algo puedes ayudanos”

Estoy seguro que aunque por mas pequeño que sea tu necesidad alguna vez le haz pedido al Señor que nos ayude en algo... que nos conceda... el punto es que a Dios hay que saber pedirle y pedirle con fe... no puedes decirle Señor si tu puedes, yo creo que tu... no, no, nada de ese al Señor se le pide creyendo de que el lo va a otorgar, conceder, teniendo certeza de que si... sin dudar, pero también esa petición tiene que estar acompañada de oración intensa... los discípulos de Jesús en ese entonces no pudieron expulsar el espíritu inmundo de ese niño porque no oraron con intensidad, asimismo nos ocurre a nosotros, he aquí la enseñanza orar hasta el cansancio y creer que sucederá sin vacilar... y claro tener una vida que le agrade a Dios conforme a sus preceptos...

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